Estrecho y largo camino era
el de la esperanza mía.
Una senda, una ladera sin viña ,
la que con lindes sin vallas tuve.
Cuando nada sabía de mi sino
todavía, cuando por él
tranquilamente anduve...
y al libre albedrío caminaba
buscando a solas mi destino,
con viento, lluvia y nieve
sol o frío me encontraba.
Del quehacer matutino
quise comprobar y saber,
apostándome en el altillo,
en las llanuras, convencido
de que todas las criaturas
pasaban frío, tenían miedo,
les daba el agua y el viento.
Más comencé a tener dudas
por lo que decidí estar despierto.
Noche tras noche, serenas y llenas
las lunas pasban sobre mi huerto,
trabando con las frías brumas
las manecillas quietas del tiempo.
Y las gotas de rocío empapando y
calando, calando fueron mi corazón valdío,
(mi corazón limpio y sincero).
Hoy conformado y ya paciente
dando vueltas al destino,
todavía hay algo que en mi interior clama
por desandar el camino, viéndome de nuevo
pisar la grama que se enrredaba a mi paso.
Con ritmo apresurado, ágil y ligero iba y venía
sin tino, limitando así mi destino,
a un tiempo de cosecha,
de cosecha meramente escaso.
¡Ay! se me cerró el tiempo y el plazo de acceso
a una singular vana fantasía.
Mi infantil fuero quedó mermado,
fue cayendo... cayendo la esperanza mía,
como cae el sol por el ocaso.
Muchas gracias por tu comentario.
SE ME CERRÓ EL PLAZO
Posted on
Friday, February 3, 2012
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