Descifro sin inmutarme
los pétalos, el árbol, un nido,
cercas y bardas luminosas
de sol. Camino a camino
quedose solo y sin respuesta
el rojo carmesí de la tarde
al agotar el ruiseñor su trino.
Por margaritas blancas
cambió su praxis la rosa.
Yo siempre he preferido
celar entre algas luminosas
de mañanas claras premisas
las leves florecillas preciosas
que son más frescas y precisas,
pero, el ligero otoño entonces
de su grato candor las priva,
y haciendolas de faz misteriosa