NO BASTA

Ola sin espinas.
Roca sin lágrimas
que ya no puede expresar
la desfondada garganta.
No basta, no basta rozar
con la yema de los dedos
el amor desesperado,
donde enjugar el alma y cantar,
cantar al exótico
arrullo de los pájaros,
consintiendo, durmiendo,
haciendo que se duerme
en la laguna solitaria del olvido.

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